La última vez que abriste tu nevera, ¿cómo la viste? ¿Los alimentos estaban bien ordenados? ¿Los cajones llenos de verduras frescas, los huevos en la puerta, los yogures arriba, los zumos abajo y todo bien colocado? ¿Estaban limpias las superficies interiores? ¿Y el exterior?
¿O estaba todo colocado al azar en los lugares disponibles, con sustancias no identificadas derramadas sobre los estantes?
Si esto último te ha pasado, es señal de que es hora de limpiar. Cuando llegue el verano y sientas la necesidad imperiosa de refrescarte, ¡agradecerás haberlo hecho! Así que en este artículo vamos a explicar cómo limpiar un frigorífico con congelador y así garantizar que sea higiénico y esté organizado.
1. Comienza limpiando el congelador
Retira los alimentos del congelador, tirando a la basura cualquier artículo sin etiquetar o que esté en mal estado. Guarda el resto de la comida en bolsas para congelados o cualquier recipiente aislante mientras limpias el congelador. Retira los cajones con cuidado. Si hay una acumulación de hielo en el interior del congelador, deberás descongelarlo antes de limpiarlo.
Para descongelarlo, apágalo y coloca un plato u otro recipiente debajo del tubo de drenaje en la base y varias hojas de periódico debajo de la puerta para que absorban el agua resultante del derretimiento del hielo. Luego déjalo con la puerta abierta durante unas horas para que se descongele.
Con un paño caliente, retira cualquier resto de hielo que quede. Limpia la cavidad interior y los cajones con un limpiador multiusos, déjalo secar unos minutos y luego enciende el congelador de nuevo.
2. Limpia el interior de la nevera
Una de las zonas que más se ensucia es la parte inferior de la nevera y los cajones para frutas y verduras, que suelen llenarse de líquido sucio proveniente de los vegetales (sobre todo si en algún momento hay frutas o verduras en descomposición).
Vacía el contenido de la nevera. Desecha todo lo que se haya caducado o parezca estar en mal estado. Retira los cajones y los estantes y limpia el interior de la nevera con un limpiador multiusos. El bicarbonato es un limpiador natural que puede ser muy efectivo; espolvoréalo sobre las superficies y límpialo con un paño húmedo. Si queda algún mal olor, se puede eliminar con una solución de vinagre y agua a partes iguales.
Limpia los estantes con limpiacristales o toallitas húmedas. Asegúrate de limpiar todos los rincones y también en las gomas que sellan la puerta. Repite este proceso con los cajones antes de volver a colocarlos. Tras dejar que se sequen las superficies, puedes volver a colocar los estantes y los cajones y finalmente volver a guardar los alimentos.
3. Limpia el exterior de la nevera y el congelador
Ahora que el interior del frigorífico-congelador está impecable, es el momento de encargarte del exterior. Aparta la nevera de la pared, retira imanes y demás elementos decorativos y limpia todas las superficies exteriores.
Es importante limpiar por detrás con un plumero o una brocha. También debes limpiar la pared y el suelo que normalmente no están a la vista, pues suelen llenarse de polvo. Cuando termines, puedes devolver la nevera a su sitio.
Conclusión
Al llegar el verano, es importante limpiar correctamente la nevera y otros electrodomésticos, pues el calor hace que resulte especialmente peligrosa la suciedad. Ahora que tu nevera está limpia, solo queda un reto: mantenerla limpia el resto del año.
